El significado de su nombre es “La Poderosa”, y se la representa como una mujer con cabeza de leona, coronada por un disco solar y una cobra. El león representa la energía del Sol y manifiesta sus diferentes caras. Lo solar contiene el aspecto benéfico de lo curativo, lo fértil, lo cálido.
Y el aspecto de lo hiriente, lo árido, lo que quema… El origen de la vida estaría implícito en el aspecto femenino de su cuerpo. En la mitología egipcia es la madre del dios Nefertum, el loto azul primigenio del que se eleva el sol en la creación. Por otro lado la serpiente presente en su corona solar simboliza la resurrección, el cambio de piel sustituyendo la vieja por la nueva.
Y el aspecto de lo hiriente, lo árido, lo que quema… El origen de la vida estaría implícito en el aspecto femenino de su cuerpo. En la mitología egipcia es la madre del dios Nefertum, el loto azul primigenio del que se eleva el sol en la creación. Por otro lado la serpiente presente en su corona solar simboliza la resurrección, el cambio de piel sustituyendo la vieja por la nueva.
El Mito de la Diosa Sekhmet
Los antiguos egipcios, eran conscientes de lo artificial de idolatrar las imágenes y estatuas, objetos sin vida. Por eso hacían hincapié en el poder de la energía, creyendo que es posible llenar de vida, o energía un objeto material. En ocasiones solían realizar un ritual de Animación a ciertas estatuas., como por ejemplo algunas de la Diosa Sekhmet.
Como ya hemos comentado en el artículo El misterio de la Diosa Sekhmet, son muchas las personas con testimonios sensoriales, (sueños, mareos, visiones, audición de respiraciones, subidas energéticas, sobrecogimiento…) a partir del contacto con algunas de las estatuas conservadas en el Museo Británico de Londres, pero sobre todo con la estatua ubicada en el pequeño recinto,ya mencionado, del santuario del dios Ptah (apenas visitado por turistas).
El mito de la Diosa Sekhmet del Egipto Antiguo está relacionado con una sed insaciable de sangre.
En el principio de los tiempos los hombres eran felices. Ra les había otorgado poder sobre la tierra y magias poderosas.
Sin embargo, a medida que acumulaban poder iban deseando más y más, hasta el punto de llegar a conspirar para derrocar a los dioses.
Ante semejante rebelión de los hombres, Ra se enfureció. Convocó a sus hijos Shu, Tefnut, Geb y Nut, y también a su padre Nun, y pidió su consejo para castigar a los desobedientes.
Le aconsejaron que hiciera llamar a su Ojo, la diosa Hathor, y la enviara a exterminar a la humanidad.
Así lo hizo Ra. Llamó a Hathor, quien obedeciendo la orden dada por éste se lanzó como una leona contra los hombres. Tomó la forma de Sekhmet y llevó la destrucción a las ciudades y los pueblos, encontrando alegría en la matanza y placer al beber sangre fresca, volviéndose insaciable y acrecentándose a cada momento su sed de sangre.
Al regresar Ra la felicitó y la envió al día siguiente a continuar su misión.
El número de seres humanos decrecía y su sangre saciaba cada vez más difícilmente la sed de Sekhmet.
Las aguas del Nilo corrían rojas por la sangre de sus víctimas.
Los hombres, atemorizados, se arrepintieron de sus actos contra Ra y pidieron perdón y misericordia.
Ra tuvo piedad de ellos, pero la diosa había probado la sangre humana y no deseaba detenerse.
Recurrió entonces a un ardid para salvar a la humanidad, llamó a sus mejores mensajeros, rápidos y silenciosos, y los envió sobre el Nilo hasta la primera Catarata, para recoger en la isla de Abu una gran cantidad de ocre rojo.
Mientras sus mensajeros cumplían su misión, ordenó a todas las mujeres de su ciudad, Iunu, que prepararan cerveza suficiente para llenar siete ánforas gigantescas.
Cuando los mensajeros regresaron, Ra les ordenó mezclar la tierra roja con la cerveza, que adquirió el color y la textura de la sangre.
Después mandó llevar las ánforas hasta el lugar en el que Sekhmet planeaba atacar a los hombres al amanecer.
Cuando aún era de noche vertieron la cerveza sobre la tierra y al llegar el día, cuando Sekhmet se disponía a continuar con la matanza, encontró el lugar inundado del líquido rojo y creyó que era la sangre de sus víctimas. Bebió y bebió, y la cerveza pronto la embriagó y la adormeció. Ese día no mató a nadie y su furia se calmó.Al ver a Sekhmet adormecida Ra la llamó dulcemente. Sekhmet se transformó nuevamente en Hathor y su naturaleza fue cambiada en amor.
En su honor, y recordando cómo fueron salvados, los sacerdotes de Iunu celebraban al inicio de cada año la "fiesta de la embriaguez", bebiendo cerveza teñida de rojo.
Hathor y Sekhmet son una muestra de la idea egipcia del dualismo.
Así, aunque fueran diferentes manifestaciones de una misma diosa, eran adoradas por separado.
Sekhmet fue una diosa temida y venerada al mismo tiempo, ya que a ella se asocian las plagas y enfermedades como la peste, y al mismo tiempo como protectora contra las enfermedades.
A la izq. estatua de la diosa Sekhmet, a la dcha. una estatua de la diosa Hathor.
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